Desaparecer
Pensaba que necesitaba cambiarme el nombre, cortar mi cabello y teñirlo de otro color, o quizá de muchos, retirarme el fleco, hacer cualquier cosa que me volviera irreconocible. Hacer la voz más profunda o quizá más aguda; vestir con colores brillantes, porque yo acostumbraba los neutros; usar lentes de sol y un sombrero grande; cambiarme de apellido; cambiar mi esencia ¿Y si en vez de manzanilla me pongo nopal? Lo que fuera antes de que otras me señalaran ¿Y si les dejaba de hablar a mis amigas para que ellas no tuvieran que enfrentar esto que ocasioné? o ¿debía esperar para que la razón llegara a ellas y entonces me mandaran un mensaje diciendo que ya no querían ser mis amigas? Sería una decisión válida, ¿Quién quiere estar con una exiliada? Tal vez debería mudarme de ciudad, de país, de mundo, para que nadie, nadie, nadie sepa quién soy y que el peor de mis males es reconocer nuestras cuerpas sexuadas.
La piedra que cargo desde ese día, no ha dejado de crecer.
Esto te lo cuento a ti, para que no cometas los mismos errores. Lo que te cuento aquí son mis errores, lo que llevó a mi muerte en vida. Pasó cuando unas mujeres se reunieron para planear mi castigo en nombre de la aprobación, mientras ellos nos seguían asesinando: revivieron la misoginia para borrarnos entre nosotras.
Primero: me llamaron “transfóbica” en la colectiva donde estaba; mencionaron que era jerárquica y que las hacia sentir mal por saberme lesbiana. Segundo: cerré el proceso en la colectiva por autocuidado y porque sabía que ya no podría construir con ellas. Para las que se viven desde los hombres, nada de lo que hagas es suficiente. Tercero: decidí construir con mujeres y poner en el centro nuestra cuerpa e historia.
Quería desaparecer porque no hay nada peor que mujeres, feministas, te señalen, te escupan después de absorberte, que te cierren la puerta con llave.
Quería desaparecer porque llorando le expliqué a mi madre por qué otra vez tenía miedo de salir.
Quería desaparecer para que otras mujeres vieran que sólo señalándome sería suficiente y que permitieran a las otras correr libremente.
Quería desaparecer porque no fui cuidadosa, porque grité y fui firme.
Quería desaparecer.
¿Realmente soy tan violenta?, ¿realmente agredo a alguien?, ¿tengo poder? Entonces ¿por qué fue a mí a quien desaparecieron?
Quería desaparecer porque me quitaron la voz, el movimiento y la seguridad.
Quería desaparecer porque me hicieron creer que lo merecía.
* Escrito por Susy Manzanilla
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