Coincidir

Esporas de luz entran por la ventana. Mamá catarina entra por hija catarina a casa, se toman de las manos, y juntas, platicando en el lenguaje de las catarinas, caminan por las hojas de las plantitas; escogen una que se vea dulce y apetitosa y, con trabajo, la cargan de vuelta a casa.

En el camino se topan de frente con más catarinas, entre todas cargan la hojita y, ya en casa, las invitan a quedarse.
Pasan los días y las estaciones, y la que solía ser la casa más solitaria y apartada de todas las casa de las catarinas se vuelve casa de todas. 

La pequeña ventana por la que entraban esporas de luz se vuelve inmensa: ya no hay cerrojos doblemente cerrados ni puertas bloqueadas, ahora hay un montón de hojas y plantitas que todas juntas traen para compartir.

Está el aire, libre, igual que las catarinas. Bailan, platican sin miedo, alegres, cariñosas, risueñas, amigas, sintiéndose queridas. Están, finalmente, a salvo.

* Escrito por Monse Monstera

Ilustración de David Soman para el cuento Ladybug Girl de Jacky Davis


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