Un rinconcito de cariño
Una ginosociedad es un lugar de calma, un lugar de creación, de alegría y sostén.
Es un lugar que existe así por quienes están allí, quienes lo habitan y con su magia le dan forma.
Es un lugar que existe así por quienes están allí, quienes lo habitan y con su magia le dan forma.
Una ginosociedad somos las mujeres: mujeres decididas a recuperar lo que es nuestro, decididas a imaginar y a dar forma desde las cenizas a todo aquello que sabemos necesitar y cómo lo sabemos querer.
Una ginosociedad es un lugar para existir desde el amor, el cariño y el abrazo que entre mujeres podemos darnos.
Yo la habito, y me permito existir entre campos florales y verdes árboles que dan sombra y buenos frutos, habito ese lugar con otras mujeres y todas allí tenemos preguntas y también respuestas, tenemos sonrisas y también tristezas, somos fuertes y también nos dejamos descansar cuando el cuerpo lo pide.
Mi ginosociedad es una apuesta creciente y consciente que mira al horizonte y camina con la convicción de encontrar el resultado de lo trabajado, creado, visualizado, y allí, avivamos y creemos en la magia y la fuega de la unión de nuestras manos, de nuestras almas.
Mi ginosociedad no es solo mía, es de nosotras, de nosotras que somos de todas las latitudes y de todos los colores de corazón, porque ninguna habita sin la otra y todas nos habitamos gozosamente, y en ello radica nuestra fuerza.
Y yo habito allí con la certeza de la posibilidad que el mundo me arrebató pero que en este es tangible: mostrar mi autenticidad, ser yo misma. Y me regocijo en el refugio que allí encuentro, en el amor, en el ser amada y amar a otras como yo; en la oportunidad de transformación que eso significa. En la oportunidad de vencer los velos que el patriarcado ha impuesto sobre mí sabiendo que ellas me abrazarán con ternura y al mismo tiempo me muestran cómo puedo abrazarme tiernamente a mí misma para experimentar lo que significa para nosotras la libertad.
No hay palabras para expresar lo tanto que se siente allí; lo celebro con mi voz, con mis manos, con mi imaginación, con las tantas notas musicales que ofrecen calma y felicidad, con pinturas que decoran nuestras almas, con la fuerza de nuestro ser para que cada día seamos más llevando los destellos de esperanza a las otras, y sigamos recuperando todo aquello que nos fue arrebatado.
Estamos aquí y no nos iremos a ningún lado. Nada nunca más nos quitará la magia que ahora todas hemos renovado.
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