Munda propuesta
¿Alguna vez estando en el agua has flotado sólo escuchándola?
Toda tú estás sostenida por ella, te arropa, te mece, te arrulla con su latido que te recuerda a otro, al primero.
Así es estar segura entre otras, como si pudieras dejarte ir, descansar y destensar la cuerpa, respirar hasta que se te infle la panza sin esfuerzo de tanta placidez.
Intercambio de ideas, escucha y claridad, abrazo que se siente tibio, aún a través de la distancia.
¿Sabes cómo es tener casita en otras?
Así es ser parte de las mías, sentir certeza de confianza, complicidad en la huida y acuerdo en la rebelión.
Yo me sé parte de este fluir de todas, a veces salada y revuelta, a veces pacífica y dulce.
Me doy sin límites siendo cascada que sabe que terminará en ojo de agua.
Y ahí.
Otra será árbol frutal, otra dará sombra a grupos enteros de animales, otra más será hogar de mil aves y otras, de dos y cuatro patas harán hogar alrededor de su verdor.
Bailamos y soy brisa para acariciar sus mejillas.
Una es todos los colores que veo, una más es todas las mujeres de cabello largo, y otra cada niña a la que se le ha llamado sobrina en los ojos de una más, que no cesa de convocar a otras.
¿Alguna vez has vuelto al lugar del que todas venimos?
Ven, te invito.
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