Para volver a nosotras
Aunque nos desencontrémos y existan cosas que ya no podemos ver; lo que ya no podemos acordar ha generado un cráter sin fondo. ... Cuando sé que sabes cual es tu espacio seguro pero te empeñas en irte a otro lugar donde está el que siempre te rompe. Te vas con él que te retrata como loca y como exagerada, cuando por las circunstancias, el miedo te gana y te dejas arrastrar por el aroma de la muerte que te rodea y genera el patriarcado. Allí, aún allí, entiendo tu miedo, tus anhelos y tus imposibilidades.
Y sin embargo, la vida nos ha puesto juntas por una razón, la hemos visto en el horizonte, sentimos la felicidad juntas y tus ojos brillan tanto como los míos. Sabemos que podemos palparlo, tomarlo con nuestras manos y sentirlo con toda nuestra cuerpa.
No hay más, lo sabemos, este es nuestro destino de colores, ya sabes, cuando decías que mi vida olía a flor, no era solo la mía, es porque estábamos juntas y juntas fuimos y somos un jardín y lo seremos siempre que juntas decidamos florecer.
Aun así, si el desencuentro es definitivo, te regalo mi visión de ti, te regalo mis buenas energías, te regalo parte de este jardín de las dos para que te acuestes allí y puedas ser feliz en tus momentos de mayor desesperación.
Te regalo mi presencia espiritual para que sepas que nunca estarás sola. Y si algún día decides volver, solo recuerda que nos tomará tanto como mirar al horizonte para vivir juntas nuestro sueño.
* Escrito por Jeimy Salas
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Pintura de Larissa Ramos Da Silva |
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