Labryanas

Desde tiempos inmemoriales ha existido un gran poder, un poder de sabiduría y creación que les fue dado a las mujeres y que fue contenido en un talismán, el cual era resguardado y compartido por las mujeres del principio de los tiempos. Su magia era expandida, multiplicada y sostenida por todas, gracias a su forma de vida.

Sin embargo, un día cualquiera, recibieron un mensaje de unos seres malignos, llenos de odio por ellas, de sus bocas salían palabras grotescas y sus manos entrañaban destrucción. Las mujeres, al verlos, los llamaron “hombres”. Y los hombres les dijeron que pretendían robar su talismán y destruirlas a ellas.

Las mujeres, al ver esto y al sentir que los hombres tenían una fuerza creciente destructora, decidieron dar un escondite al talismán en un ritual mágico a la luz de la luna llena y rodeadas de la jauría de lobas con quienes convivían.

El talismán desapareció, pero quedó impregnado en la esencia de las mujeres en todo el mundo. Fue así como surgieron las labryanas. Sin embargo, los hombres seguían amenazando el potencial creador del talismán porque sentían miedo del poder que emanaban las uniones entre mujeres.

Hasta el día de hoy, para preservar la magia del talismán, las mujeres han tenido que utilizar máscaras que les han permitido protegerse de la violencia de los hombres; otras mujeres han decidido reconfigurar la máscara para recobrar aquellas viejas costumbres mágicas del amor entre mujeres. Máscara a máscara, han recuperado el coraje que por tantos años de separación de la magia había provocado que se perdiera la fuerza innata: ahora vuelven a ser visibles las mujeres lesbianas, profesando y practicando el amor más genuino, luchando contra el patriarcado y contra los hombres que siguen teniendo miedo por las mujeres que se aman.

Nunca se fueron, siempre hubo mujeres que desafiaron el patriarcado, labrys en mano y amor en el pecho. Sostenidas, indetenibles, reclamando lo que nos han quitado.

* Escrito por Jeimy Salas

Ilustración de Jeimy Salas