La primera vez

Ella era una mujer que siempre deseó vivir en medio del bosque, en armonía con los árboles y los animales, sin embargo, el bosque que realmente la rodeaba era el bosque de cemento. Ella, que deseaba caminar libremente entre las hojas qué caían en el sendero debido al otoño, tenía que caminar en medio del asfalto. Caminaba sola aunque estuviera rodeada de algunas personas, unas que conocía hace mucho tiempo y otras que poco a poco iban llegando a su vida.  

Un día muy desafortunado, al caminar por la calle se dio cuenta de que un grupo de personas la perseguía gritándole insultos y amenazándola. Se sintió atemorizada, no sabía a dónde correr. Miraba a todos lados y parecía no tener escapatoria.  En ese momento, vio que cerca de allí, en la dirección a la que ella corría, había una mujer que la llamaba.  Decidió confiar y dirigirse hacia allá. Cuanto llegó junto a ella, la mujer le contó qué la conocía y qué años antes había recibido su ayuda: cuando su hija se había caído en el parque y ella se había quedado paralizada sin saber qué hacer. Todo esto se lo dijo mientras avanzaban las dos hacia un lugar seguro.  

Al llegar a ese lugar,  le confesó también qué esa había sido la primera vez qué una mujer desconocida le había ayudado en algo de su maternidad sin juzgarla, que eso la había marcado y se había prometido retribuirlo alguna vez y que justo ese día había sido el mejor momento para hacerlo.

* Escrito e imagen, de Jeimy Salas


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